El artículo que a continuación exponemos fue publicado en el periódico Magisterio, y puede leerse en su formato original a través de este enlace.

En él, el Presidente de DOWN ESPAÑA hace un repaso a la situación actual de la educación inclusiva en España y profundiza en los retos que se deben afrontar para conseguir que los alumnos con síndrome de Down tengan la oportunidad de acceder a una escuela para todo:

Jorge Calero decía en un artículo que “la seguridad de un sistema está determinada por la seguridad de su eslabón más débil”. En nuestro sistema educativo, ese eslabón más débil lo conforman los alumnos con necesidades específicas de apoyo educativo como el alumnado con síndrome de Down. Por eso se deberían  doblar los esfuerzos para equiparar  las oportunidades de los alumnos más vulnerables y generar mejores condiciones de aprendizaje para ellos.

En DOWN ESPAÑA sabemos que la educación inclusiva es un derecho de todas las personas. La diversidad enriquece y valores como la igualdad, la solidaridad, la ayuda mutua o la empatía solamente se aprenden en una escuela para todos y con todos.

Por eso tenemos que buscar nuevas formas de responder a la diversidad de alumnos,  identificando y  eliminando las barreras que limitan la presencia, el aprendizaje y la participación de este alumnado en la vida escolar de los centros. No podemos dejar a nadie atrás en nuestro sistema educativo.

En 2009, nació la Red Nacional de Educación DOWN ESPAÑA, “Unidos en la Diversidad”, con el objetivo  de contribuir al avance efectivo del principio de inclusión educativa. A lo largo de nuestra historia hemos desarrollado multitud de programas dirigidos a conseguir la plena integración de los alumnos con síndrome de Down en las aulas.  En este último año, hemos lanzado diversos proyectos orientados a impulsar la autonomía y el aprendizaje de las personas con síndrome de Down como el proyecto “H@z Tic”, que ha facilitado a los alumnos el acceso y uso de nuevas tecnologías como las tablets.

También hemos llevado a cabo proyectos de formación para la autodeterminación, la inclusión social y la vida independiente, dirigidos tanto al alumnado como a adultos con necesidades educativas especiales, que garantizan la igualdad de oportunidades y la accesibilidad a entornos inclusivos.

El Premio Magisterio a los Protagonistas de la Educación que ha recibido nuestra organización es un reconocimiento a nuestra labor en pro de la integración educativa de los alumnos con síndrome de Down. Desde DOWN ESPAÑA lo recibimos con muchísima ilusión y como un impulso a nuestra labor. Pero al mismo tiempo supone una enorme responsabilidad que nos permite fijar con más firmeza aún el rumbo que hace años marcamos en nuestra brújula y que no es otro que lograr que las personas con síndrome de Down estén plenamente integradas en nuestra sociedad.

Hemos avanzado mucho, pero aún se excluye a los alumnos con síndrome de Down de las aulas ordinarias para impartirles una ayuda especial en clases de apoyo. Con esto estamos diciéndoles a los niños “si eres distinto debes marcharte”. Por otro lado sólo el 19% de los alumnos con discapacidad terminan la secundaria y aún un 20% de familias con hijos con necesidades específicas de apoyo educativo han optado por el refugio en los centros de educación específica, porcentaje que aumenta en  la educación secundaria.

Desde DOWN ESPAÑA les decimos a las familias que no pueden renunciar a una educación inclusiva ya que es un derecho de sus hijos, que deben luchar con tesón y empeño para exigir al Estado el derecho que tienen sus hijos a una educación inclusiva.

Exijamos el derecho a la educación (art. 26 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, art. 24 la Convención Internacional de Naciones Unidas sobre los derechos de las personas con discapacidad  y art. 27 de la Constitución Española), exijamos también el cumplimiento de la legislación vigente en materia de educación para el alumnado con necesidades especificas de apoyo educativo, donde se establece que su  escolarización  se ha de  regir por los principios de normalización, inclusión escolar y social, flexibilización, personalización de la enseñanza y coordinación interadministrativa. Reclamemos la disminución de la relación numérica alumnado-profesorado, que los centros docentes que atiendan alumnado con necesidades específicas de apoyo educativo dispongan de los medios, de los avances técnicos y de los recursos específicos que permitan garantizar la  calidad educativa de este alumnado.

La inclusión educativa no es una utopía. Existen prácticas y experiencias que demuestran que es una realidad.

No caigamos en la desesperanza  ante las dificultades. Nadie dijo que esto fuera fácil. Si queremos hacer realidad la inclusión educativa, no debe importarnos la magnitud de los obstáculos, sino nuestra motivación por conseguir el sueño deseado.