La idea de organizar un encuentro de carácter nacional, que sirviera como lugar de convivencia, aprendizaje e intercambio de experiencias entre las familias de personas con síndrome de Down de toda España, surge bajo el mandato de Pedro Otón como presidente de DOWN ESPAÑA.

Otón, y la Junta Directiva que él encabezaba, pusieron en marcha a una nueva etapa en la Federación, en la que la unión del movimiento asociativo se planteó como uno de los objetivos fundamentales. Así, en 1999, nació el primer Encuentro Nacional de Familias, como puntal de esta estrategia por fortalecer el vínculo entre familias, profesionales y personas vinculadas al colectivo. Este primer Encuentro tuvo lugar en Murcia, y en adelante se celebraron en Salamanca  (2000), Santiago de Compostela (2001), Cáceres (2003), Jerez de la Frontera (2004), Madrid (2005), Oviedo (2006), Málaga (2007), Lleida (2008), Granada (2010), Menorca (2011), Huesca (2012), hasta llegar al último, el Encuentro de Familias de Toledo (2013).

Así, año a año y con la constancia y el compromiso de las familias que participan en ella, la que en su primera edición (Murcia 1999) contó con apenas 100 participantes, pronto se convirtió en la referencia nacional no sólo para familiares de personas con síndrome de Down, sino también para profesionales del ámbito de la discapacidad, la medicina, la Atención Temprana o la educación. Y, por supuesto, para las propias personas con trisomía 21, auténticos protagonistas de estas jornadas y que año tras año han ido asumiendo su papel como ciudadanos activos y de pleno derecho, críticos, participativos en la realidad de cada Encuentro de Familias.

Prácticamente desde su nacimiento, el Encuentro Nacional de Familias ha contado con un importante respaldo de la sociedad, así como de los representantes políticos en aquellos lugares donde se ha celebrado. Las autoridades han sabido entender que este evento reúne las condiciones necesarias para lograr el apoyo de sus administraciones, como la presencia de algunos de los más prestigiosos ponentes vinculados al mundo de la discapacidad intelectual, o el carácter innovador que ha permitido a DOWN ESPAÑA presentar en sus diferentes ediciones programas y proyectos pioneros para la mejora de la calidad de vida y la autonomía de las personas con síndrome de Down.

El Encuentro de Familias cuenta también con el impulso del tejido empresarial de las ciudades donde ha tenido lugar. Algo normal, teniendo en cuenta que este evento no sólo supone para las empresas la oportunidad de mostrar un importante grado de compromiso con una causa social, sino también la ocasión de compartir y conocer de primera mano las opiniones de familias venidas de toda España.

De entre los Encuentros de Familias, hay alguna edición que aún hoy es especialmente recordada por haber supuesto un hito en la historia del colectivo. Es el caso de la organizada en Granada en 2010, que coincidió con la celebración del II Congreso Iberoamericano sobre Síndrome de Down. De esta forma, más de 2.000 asistentes concurrieron en esta ciudad andaluza, entre personas con síndrome de Down, familiares, profesionales, ponentes y estudiantes. Una cifra récord de participantes que, además de las ponencias y talleres de ambos eventos, pudieron disfrutar de un completo y estimulante programa de ocio.

Este año, el Encuentro de Familias entra en su adolescencia, cumple 13 años (que en realidad podrían ser 15, ya que en 2002 y 2009 no se celebró por cuestiones coyunturales). Y para hacerlo se trasladará a Ávila. Allí se espera superar los 800 participantes que tomaron parte del encuentro del año pasado, y demostrar así que el movimiento asociativo está más fuerte que nunca, como se puede ver en el siguiente vídeo que refleja el ambiente vivido en el Encuentro celebrado en Toledo en 2013: