Lucas va al cole y lo hace con su hermana
El pequeño acude al centro "con todos los apoyos", incluido un auxiliar educativo
Los tres meses de lucha han tenido al fin su recompensa. El pequeño Lucas, un niño de 3 años con síndrome de Down, comenzó a principios de septiembre el colegio y lo hizo como su familia deseaba: en el mismo centro al que acude su hermana Elsa, de 6 años: el C.P Martinez Torner.
Inicialmente la Consejería de Educación le había asignado otro centro, el Príncipe de Asturias, que los padres rechazaban. Tras una tensa y dura espera y una compleja batalla administrativa, mediática y hasta política, el director general de Ordenación Académica del Principado, Francisco Laviana, telefoneaba a los padres del niño para darles la mejor de las noticias: el centro iba a contar con el refuerzo del auxiliar educativo cuya ausencia había sido el motivo del traslado de matrícula.
La familia al completo celebró esta decisión que supone un claro ejemplo de apoyo a la educación inclusiva para otras Comunidades Autónomas en los que se dan aún multitud de casos de derivación a otros centros de niños con síndrome de Down.
DOWN ESPAÑA, que se hacía eco del caso el pasado 19 de julio, denunciaba entonces junto a DOWN PRINCIPADO DE ASTURIAS, que en la propia normativa autonómica dentro del Procedimiento de Admisión del Alumnado en Centros Docentes, no Universitarios Públicos y Privados Concertados del Principado de Asturias se establecía que : “la escolarización del alumnado con necesidad específica de apoyo educativo se realizará en modalidad ordinaria, garantizando las condiciones y recursos necesarios y teniendo en cuenta la elección de sus representantes legales".
Lucas empezó su aventura escolar a principios de septiembre. Está asistiendo primero a las clases de adaptación, hora y media al día, y no tendrá previsiblemente hasta octubre el apoyo del auxiliar educativo que necesitaba; algo «normal» en los arranques de curso, según explica su madre. Hasta ese momento, el centro, al que ya le ha sido comunicada la situación, se hará cargo del apoyo. La llegada de Lucas ha requerido incluso el desdoblamiento de una de las aulas para repartir los alumnos. Todo para hacerle sitio en el lugar en el que tiene derecho a estar, según han defendido siempre sus padres, que ahora esperan que la resolución de su caso sirva también para animar a otras familias en situaciones similares. «Es duro, hay que tener aguante, pero también hay que tener claro que las cosas se consiguen si uno está dispuesto a llegar hasta el final, y nosotros lo hubiésemos hecho», asegura la madre de Lucas.
Desde DOWN ESPAÑA nos unimos a la alegría y satisfacción de la familia y estamos seguros que el caso del pequeño Lucas será un aliciente para otros padres así como un ejemplo para que otros organismos públicos y consejerías defiendan la inclusión educativa de los niños con discapacidad.